Marcho por la ruta
entre pocas frondas
y campos ariscos.
El cerro me nombra.
La tarde es muy clara.
otoño es patrono
y en bíblico sábado
yo lo observo todo.
Me arrimo a los cercos
temiendo el peligro.
Maizales muy verdes
se muestran amigos
Enfrente, las viñas,
cepas vendimiadas
tienen un aspecto
de viejas cansadas
Al volver a casa
mi ceibo me obsequia
una vara larga
con labios de fuego,
y flecos de grana
muestra el plumerillo
en un pincelazo
de color y brillo.
¡Ay, mis locas plantas
sueñan con diciembres,
porque un sol de marzo
las besó sonriendo!
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