lunes, 5 de agosto de 2013

Tras la ventana



Hoy los grises se acentúan entre cielo y mar ceniza
Brazos desnudos que  imploran las tristes ramas agudas.
El pampero está en reposo y la brisa se ha dormido.
Es un cuadro mi ventana que enmarca una tela muda

El salitre se ha infiltrado en muchos muros sombríos
Y las ventanas señalan muchas celdas que son nidos
Dentro calor y ternura,  o acaso tragedia oscura
La ciudad y sus misterios en esta tarde perdida

Faltan las rutas abiertas, falta mi cerro custodio
Aquí familia y abrigo, allá mi fuego sin lumbre
Es que espera mi regreso para compartir mi noche

El invierno me divide entre  amores y mi cumbre

Verde Manto



Era tan bello aquel verde
de su manto de lanilla,
que daba gusto hasta verla
tan coqueta y con tal brillo

Era la niña, esperanza
en el ocaso amarillo
y sus manos trabajaron
haciendo dulces muy  finos

Nunca un tal verde  en la tarde.
Jamás otro chal se viera,
ni mejillas tan rosadas
ni alondras en las esperas.

La niña soñaba amores
El novio la vio muy bella,
gustó los suaves sabores
y le sonrió a las estrellas

Y la niña enamorada
coqueteando con las flores
robó el aroma a los nardos
y se pintó de amapola.

Era la niña un alarde
de arrebol y nube rosa
 su novio se volvió brasa
¡Fortuna que no hubo soplo!