Estaba en el andén. Nada esperaba.
Tan sólo la emoción de un tren que parte.
La tarde me prestaba sus nostalgias.
El tren llegó, paró, reanudó marcha.
.
Nadie bajó. Vi alguien que subía
y yo siempre de pie sin equipaje
esperando quién sabe, todavía…
Yo era apenas un trozo del paisaje
Cerré los ojos antes que partiera
y vi al joven alegre que bajaba
Vino hacia mí corriendo y en la niebla
de sus brazos etéreos, yo lloraba
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