lunes, 4 de octubre de 2010

Como luciérnagas

Milagro de las luces que se abren en la noche,insinuando carreteras donde hay verdes pastizales,marcando límites irreales en las rutas más anchas,o avisando que las rectas de pronto han dejado lugar a curvas pronunciadas.
¡Fanales o lámparas! Algunas llegan a fingir sendas amplias en el mar dormido e insondable. Hay luces quietas, que acercan un  cielo espléndido y enjoyado, pero otras móviles empujan imperiosas a las precedentes, o se incorporan a ellas , convirtiéndose en collar  extenso cuyo broche se han olvidado cerrar.
Desde altas columnas muchas derraman blanca leche en la noche tenebrosa.
¡Luces, luces, luces! Claridad afectuosa o impertinente, que finge salidas donde nadie intenta pasar, y que turba intimidades o devela secretos desprevenidos.
Pueden ser abrigo ilusorio en el frío de la madrugada o anuncio de peligro en zonas desconocidas,abalorio
en las ciudades o apenas cerilla en la campaña. Alguna vez, lamentablemente, son apenas el terrible relámpago que precede al fin. Cesan un poco antes que se oiga el desgarrador ulular de las sirenas

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