Voy entre un boscaje de espinillo y tala
matas que no aciertan a volverse cerco,
tienen gajos ríspidos que nunca limaron
y perfume a Patria que jamás perdieron.
Cualquier caminante que pasa a su vera
espera que escondan nativos callados
y flechas furtivas hiriendo a los tiempos,
pero ellos son sólo restos de un pasado
La flora es muy fuerte y arraiga semillas
que morir no quiere bajo el cielo claro
y con su ramaje regala en caricias
rústicas y avaras, besos de costado.
Es que no sabría ya cómo brindarse
entre pasos suaves y modales nuevos
Ella aún espera la lanza afilada
los torsos desnudos, y el gesto andariego.
Y ando los caminos que pasaron poco
otros que no fueran el indio errabundo
y pregunto al cielo quién irá mañana
surcando los campos agrestes del mundo
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