Se oye al nacer el día tu canto de alborada,
es inicio seguro de fecunda labor.
Con tu trabajo intenso comienzas la jornada,
arquitecto genuino, paciente constructor.
He pensado en mil otros que merecen destaque,
por su valor, su estampa, su aspecto seductor,
pero observo tus trancos en camino al trabajo,
y no encuentro otros seres con tal dedicación.
Tú vas por nuestros campos con tu torso canela,
pensando en la familia que acabas de formar,
y por cada camada un edificio nuevo
protegido y caliente, convertido en hogar.
Tienen alas tus sueños, mas no vuelan muy lejos,
el terruño te atrapa con fragancia de pan,
luces paso de hombre y raíces muy firmes;.
a tus casas antiguas alguno llegará.
Tal vez los visitantes de tibias primaveras,
que descansan un tiempo pero siempre se van,
mientras tú con paciencia y pocas herramientas,
te dedicas sereno a siempre edificar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario