lunes, 22 de noviembre de 2010

El pastor

                    


Yo te he visto, Jesús descendiendo las lomas,
y en los granos preciosos de doradas espigas.
Te he visto poner peces en redes pescadoras,
y en las gentes humildes alguna manta amiga.


Sé que vas en los autos, vives en el cemento,
cuando voces amadas se pierden en el ruido.
Estás en los desiertos deteniendo los vientos
o en sabanas y floras apagando rugidos.


¡Pastor de los pastores, Señor de los Señores!
Tú recorres sereno los ásperos caminos
No te impulsa más móvil que calmar los dolores
en las almas sedientas de corderos perdidos.


El Mundo es un pañuelo en tu andar incesante.
¡Puedes golpear mi puerta, puedes llamar mi nombre!.
Debo estar muy atenta esperando el instante
que romero cansado busque en mi casa sombra.



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