¿Y quién soy?- me pregunto cuando pienso en mí misma.
¿La niña de las trenzas que se enfrentaba al mundo
con muy pocos temores y con bastante prisa,
sedienta de saberes y buscando su rumbo?
¿Quizás la adolescente que se volvió más tímida,
a medida que el viento hasta acá la impulsaba,
en los libros de versos la cabeza dormida
soñando que llegara aquel rey que esperaba?
¿O tal vez soy la joven que guardaba su alma
preservada y secreta con candado cerrada,
mientras saludo amable derramaba en la tarde
a gentes conocidas o a personas amadas?
Este cofre cerrado ¡que a veces pesa tanto!
he de llevarlo siempre con sentimientos vagos.
Mi amor quiero volcarlo generosa a raudales
pero llevo una carga y he perdido la llave.
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