Era la niña un suspiro,
luciérnaga, en dulces brazos.
Una gota de rocío,
de lucero, la esperanza.
Era la niña dormida…
Un temor con muchas
causas
Era entre brote y semilla.
Un silencio sin palabras.
Frágil era, más que un lirio,
Y cual candil se apagaba.
Fueron ruegos, tibias alas…
Era del cielo la niña
ángel que apenas luchaba
Pero Dios hoy la
bendijo
Y es capullo sonrosado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario