lunes, 15 de octubre de 2012

Óptica

   

 Te observo tras el amplio
cristal de mi ventana
Quiero decirte un ¡Hola!
ofrecerte mis galas
gozar de tu sonrisa
pero eres tan feliz, que temo
que se rompa el encanto.
Puedo darte de mi casa la fachada.
o acaso de mí misma
Puedo prestarte el parque con sus flores,
los pájaros, los cisnes.
No son tuyos lo sé, mas tú los gozas,
 tú vives en su entorno
y percibes aromas y gustas de tu barrio.
yo me conformo con ver tu casa humilde
pero limpia y pintada
Me complazco en mirar como caminas
ágil por las mañanas.
Veo a tu niño alegre, jugar con sus amigos
y  correr por  el césped.
Hace ya tanto tiempo
que aquí ya no hay más niños….
Te muestro, simplemente, la fachada,
las tejas, la alta puerta y las variadas  aves.
¿Sabes acaso qué hay tras los salones
qué esconden mis alfombras
cuán frías son mis sábanas
y mis noches qué hondas?!
Yo te doy lo que tengo
por gozar la alegría que derramas
por el perfume cálido
de la hogaza en tu mesa.
Yo te doy lo poquito que poseo
y dejo atrás mis lágrimas
no te ofrezco mis dones que son vanos
porque quizás enturbien tus riquezas
tú me muestras  el amor y la tibieza
y eso endulza mi alma

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