lunes, 15 de octubre de 2012

El prójimo


Es fácil dar risas  si alegres estamos
y dar un dinero cuando ricos somos
Dejar la palabra más cauta y calmada,
si el verbo nos nace casi como dones

Se ganan batallas cuando bien armados
se derrocha el tiempo cuando bien servidos,
se es leal a las causas que se creen ganadas
y sabios se vuelven los que ya han sufrido.

En cambio es difícil mostrar alegría
cuando dentro oímos el rugir de penas.
Nos cuesta dar dádivas si el bolsillo pía
como al ave madre, el  tierno polluelo.

Todo lo que abunda, todo lo que sobra,
dolores y quejas, sonrisas o llantos,
cortesía, mimos, elegancia, rosas
todo eso lo damos sin poner el alma.

Total, nada falta, ni nos damos cuenta
que alguien, generoso, pudiera llamarnos
Mas  sufrid por otros, llorad pena ajena
pasad hambre a cambio de que otros se sacien

Y entonces felices de ser como Cristo
dormirán en leños desnudos y ariscos
y del mundo vano desoirán los gritos
que los llamen  tontos, desnudos o tristes

No hay comentarios:

Publicar un comentario