¡Ay, encrespada ola que hasta mis pies llegaste
con bramido soberbio de bestia enardecida!
Yo te vi tan airosa cual vela desplegada
Y desmayada y débil al volver a tu nido
¡Cuánto de ti dejaste en la arena sedienta!
¡Cuánto de mí llevaste porque vi tu hermosura!
Fue un pasional encuentro que atesora mi mente,
Si bien a la manada volviste con premura.
Agua henchida de viento y ansiosa de aventura.
Tafetanes y encajes, aretes de diamante.
Te perdiste en la tarde cual soplo de locura
Y robaste a mi alma aquel precioso instante
19/8/2008
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