lunes, 15 de octubre de 2012

Dos poemas para Hanna

Poemas para Hanna

Recuerdo que llegaste una tarde soleada
Eras un haz de brincos, mestiza y descuidada

Me abrumó tanta euforia y tu falta de tino,
mas te aceptamos todos hasta el can que teníamos

Y pasaron mil días con sus mil consecuencias
momentos de rutina, risas, muertes, nacencias.

éstas fueron tus frutos, diez cachorros sedientos
a  ellos diste  paciencia, amor y complacencia.

Uno a uno se fueron hacia hogares variados
y te quedaste sola pero hermosa y calmada

Luego yo quedé sola sin el amo y su perro
no sé si comprendimos la importancia de aquello

Poco a poco amoldamos nuestras dos soledades
y reímos de nuevo, jugamos y callamos

Anoche como siempre me acompañaste un rato
y al sonar de las doce te conduje a tu casa

te fuiste como todas las noches que pasamos
bajando con pereza lentamente las gradas

Hoy preparé tu cena, la coloqué en tu plato
te llamé como siempre Hanna! Hanna! Hanna!

Me respondió de pronto un silencio pesado
y mi voz en la noche tuvo un tono angustiado.

a tientas pude entonces encender una lámpara
y tú estabas allí, dormida de costado.

Vino el doctor a verte y dijo: en  madrugada, en sueños…”
mas temo que por buena no llamaste a tu dueña.
……………………………………………………………….
Y vendrán muchas noches en que intente llamarte
Si no di muchos mimos nunca dejé de amarte

                                                 II

Llegó una tarde soleada
puro brinco, poco seso
mestiza de primer grado
Algo  golpeada y hambrienta

Panza rubia platinada
cubierta de manto negro
casi pura era su raza
pero triste era su aspecto

Pasó a la casa asignada
junto a aquel guardián celoso
que imponía con la “facha”
y era manso y afectuoso.

Así pasaron los años
ella mejoró el pelaje
ganó en belleza y modales
Se hizo dama y halló paje.

Naciéronle diez cachorros
y fue extraordinaria madre
mansa, dulce, generosa,
por ellos volvióse calma

La vida nos dejó solas
una noche que no olvido
y compartió mis silencios
y yo le presté mi frío

Meses, años, tiempo largo
las dos cerca, casi juntas
Sol y luna nos besaban
y era mi sombra la suya.

Me visitó como siempre
cuando el sol se había ocultado
y estuvo quieta y serena
largas horas a mi lado

Llevó su pereza a cuestas
sin señal de rebeldía
Yo más anciana, ella vieja
se habían sumado mil días

Fui a buscarla a la otra tarde
nadie contestó el llamado
La luz me mostró, cobarde
una sombra allí en su casa

Se fue tan callada y buena
casi por no preocuparme
La hallé dormida en su lecho
¡Cuánto amor me faltó darle!

W.I.P. de V.

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