miércoles, 20 de julio de 2011

Beso

El farol de la calle no parpadeó un momento,
la brisa de la noche no cesó ni un instante
pero el beso imprevisto cayó como una rosa
sobre la boca fresca, aún tímida y tremante


Y supo que hay estrellas en el cielo nocturno
y que la luna suele despertar ilusiones
y vio como el muchacho luego del beso suyo
que despertó mil ecos, se perdió entre canciones.

Esperó sus llegadas sencillas de las tardes
soñando con las noches de cine y despedidas
y discos que traían todas las emociones
de una tierra lejana amorosa y perdida.

Así probó que sueños se vuelven realidades
y que nunca hay distancias cuando se entrega el alma
los escollos más rudos pueden ser evitados
si reímos a veces y otras veces callamos.

No hay hombre que no sufra ni mujer que no llore
e infinitos pudieran parecer los pesares,
pero basta una mano muy tibia que los tome
y el recuerdo de un beso que una vez les dejaron.

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