domingo, 6 de marzo de 2011

Después del huracán

Inmenso y majestuoso, punzantes hojas,
y raíces abiertas besando el suelo.
Cuando aleve huracán sopla furioso,
rompe tus toscas ramas, gruesos maderos.


Hoy que tus raíces descubre el viento,
siento que ya no eres gigante airoso,
aunque quedes erguido sé que te has muerto,
porque tus verdes frondas se han vuelto hoscas.


En el bosque que formas junto a la playa
me parecen espectros tus brazos rotos.
Una tristeza inmensa nace en mi alma,
porque temibles fueron los rudos golpes.


¡Cómo curar tu herida, Ser mutilado!
¡Cómo buscar tu abrigo, mi pino amigo!
Te miro y en verdad, miro tu sombra,
porque aunque estés ahí, sé que te has ido!

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