domingo, 27 de julio de 2014

Siempre en julio

Y yo otra vez aquí
en la plomiza tarde.
junto  a costa marfil
de este mar acerado

 Yo que añoro los soles
del cálido verano
extraño los colores,
y el vuelo de las aves.

Y aunque este nido es tibio
tiene un algo de celda
es que el frío me impide
acercarme a la acera

Sueño campos huraños
sueño leños ardiendo
aunque el frío me acobarde
y los huesos no entiendan

La ciudad está quieta
La calle está dormida
Las casas están muertas
Y sus hijos se han ido

Luchan en sus trabajos
Por ganar el sustento
Y los nietos se encauzan
entre estudios e intentos.

Siempre escribo en la tarde
cuando me siento sola,
Cuando Aquiles descansa
cuando mi pluma llora.

Y en verdad no estoy triste
ni mis zapatos lloran
“Hace poco, viniste
me dicen: calla ahora”

Hay una paz que busco
en estas suaves horas
y encuentro aquí mi musa
donde faltan aromas.

Perfume de los campos,
ladridos de los perros
rugido de motores...

nostalgias en el viento

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