Siempre en julio
Y yo otra vez aquí
en la plomiza tarde.
junto a costa marfil
de este mar acerado
Yo que añoro los
soles
del cálido verano
extraño los colores,
y el vuelo de las aves.
Y aunque este nido es tibio
tiene un algo de celda
es que el frío me impide
acercarme a la acera
Sueño campos huraños
sueño leños ardiendo
aunque el frío me acobarde
y los huesos no entiendan
La ciudad está quieta
La calle está dormida
Las casas están muertas
Y sus hijos se han ido
Luchan en sus trabajos
Por ganar el sustento
Y los nietos se encauzan
entre estudios e intentos.
Siempre escribo en la tarde
cuando me siento sola,
Cuando Aquiles descansa
cuando mi pluma llora.
Y en verdad no estoy triste
ni mis zapatos lloran
“Hace poco, viniste
me dicen: calla ahora”
Hay una paz que busco
en estas suaves horas
y encuentro aquí mi musa
donde faltan aromas.
Perfume de los campos,
ladridos de los perros
rugido de motores...
nostalgias en el viento
gracias por este exquisito aporte
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