domingo, 10 de junio de 2012

¿Quiénes entrarán allá?

¿QUIÉNES ESTARÁN ALLÁ?
Comienzo por casos extremos, pero tantas veces me pregunto si María Antonieta o Robespierre  accederán al cielo? ¿El Zar Alejandro o la  turba desbocada?
¿Serán más  culpables Caifás, Herodes, Pilato o Judas que los altivos y enloquecidos fariseos?
Yo temo al poder de las masas cuando actúan enardecidas  igual que al celoso poder de clases muy dominantes.
Ambos se han alzado en nombre de la fe, de las libertades,  de los derechos propios o ajenos.
Benedetti dice en su poema que dos son más que uno, y en verdad  lo son, para el bien y para el mal.
La iglesia necesita miembros que la constituyan, integren, difundan. El Mundo  también necesita dirigentes y operarios, labradores, pastores, profesionales, dependientes.
Jesús formó discípulos, apóstoles, seguidores.
Los siglos vieron guerras fratricidas, de conquista, pero las más tristes fueron aquellas religiosas, murieron fieles, incrédulos, inocentes.  Miles de ellos.
Solamente Dios sabe quiénes fueron culpables, cuáles santos, cuántos arrepentidos.
Yo digo:¡Ay de aquellos que juntan  sus soberbias, sus venganzas, sus demonios, sus ambiciones!
Jesús dijo:-“ No todo aquel que me dice Señor, Señor, entrará al Reino de los cielos.”
Allá se encontrarán muchos, sorprendidos gratamente o esperados. Se reencontrarán seres amados y habrá ausencias…
Pero y yo… ¿Dónde estaré, junto a los hijos salvados o atrapada en el milenio para morir dos veces?

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