Un día me atrevi a crear este blog, impulsada por mis nietos.Me sentí atrevida al tomar un espacio ,generoso, que podía usar a mi albedrío.
Pasados mis setenta años y enfrentada a la soledad que deja la partida del compañero,dediqué más ratos a escribir.La máquina estaba muy estropeada y pensaba reemplazarla cuando mis hijos me dijeron:-"Mamá ya nadie compra máquinas de escribir, lo que debes hacer es comprar una computadora" La idea me pareció descabellada. ¿podría siquiera intentar entender cómo funcionaría ésta? Ya era bastante mayor, pero ellos me facilitaron la adquisición de una y se pusieron inmediatamente a enseñarme. La única prohibición era decir -No puedo.
Quizás algo de audacia que había permanecido dormida en mí, despertó de golpe y me dije ¿Por qué no?
Con interés atendí las instrucciones de mi hijo y de un nieto muy insistente, así como de todo el resto de la familia y comencé a poner caracteres en el Word que era lo único que me interesaba. Yo reemplazaba así la máquina desechada. Lo que escribía era sólo para mí, privado, como mis carpetas donde guardaba divagaciones y poemas.
Pero al pasar los meses hubo alguien, siempre en el contexto familiar, que me dijo ¿no quieres abrir un blog? Ni siquiera sabía qué significaba eso en este artefacto alucinante.
Lo cierto es que mi timidez iba desapareciendo y me encontré escribiendo en otro sector. No eran textos nuevos sino extraídos de páginas que guardaba con celo. Tenían valor sólo para mí.
Es cierto que desde adolescente me había gustado escribir algún poema, quizás inspirada en mi vocación de recitadora, que quedó detenida luego de mi noviazgo y posterior casamiento.
Me hubiera gustado que muchas personas visitaran mi página para decirme si en realidad tenía algo de valor, pero no lo publicité, lo mantuve casi en la oscuridad aunque tres o cuatro curiosos incursionaron en ella aunque sin dejar una opinión.No he querido cerrar este blog,porque significa algo para mí,nada más.Y jamás he pretendido alcanzar la categoría de otros que he visitado. Ahí está,con alguna incursión esporádica,cuando creo que tengo algo que decir o se me han nacido algunos versos,cuando mi emotividad me lo permite. Hoy con una fe muy fortalecida en Jesús,las palabras me parecen a veces excesivas,Ha decaído un poco mi espíritu algo combativo cuando mis conviccciones son fuertes.Me he vuelto un poco más tolerante,pero arrastro todavía algunas asperezas que sería deseable suavizar para que Dios me acepte.para el después...
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