lunes, 5 de agosto de 2013

Verde Manto



Era tan bello aquel verde
de su manto de lanilla,
que daba gusto hasta verla
tan coqueta y con tal brillo

Era la niña, esperanza
en el ocaso amarillo
y sus manos trabajaron
haciendo dulces muy  finos

Nunca un tal verde  en la tarde.
Jamás otro chal se viera,
ni mejillas tan rosadas
ni alondras en las esperas.

La niña soñaba amores
El novio la vio muy bella,
gustó los suaves sabores
y le sonrió a las estrellas

Y la niña enamorada
coqueteando con las flores
robó el aroma a los nardos
y se pintó de amapola.

Era la niña un alarde
de arrebol y nube rosa
 su novio se volvió brasa
¡Fortuna que no hubo soplo!

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