sábado, 20 de octubre de 2012

Respeto

                                                           




Vecino que transitas el suelo donde piso,
por ti le puse bridas al corcel de mis alas,
y bajé decibeles al canto vespertino
para que tú pudieras levantarte mañana.

Por ti le corté ramas a mi rosal florido,
para que no te hieran espinas, cuando pases
muy cercano a mi casa por el fresco camino.
Mas no lo talé todo para   su  aroma darte

Tú, niño distraído en tus juegos de infancia,
Y tú, anciana  tremante que pasas por mi vera,
no te apures ni inquietes, he de frenar mi marcha
para que no te caigas  si es que bajas la acera.

Por convivir contigo aquí sobre la tierra
Relegué libertades, en pro de tus  derechos
Aunque no me conozcas, somos la misma siembra.
y debemos vivir de acuerdo a  viejas  leyes..

Yo quiero ser tu amiga aunque no te haya visto.
Yo quiero ser tu hermana aunque nacimos lejos
ser el prójimo aquel que mencionara Cristo
porque la tierra es una, porque la tierra es nuestra.

                                   

jueves, 18 de octubre de 2012

tardanza


Nací en un hogar, sencillo. La organización, el trabajo y el aplomo los  ponía mi padre
Mi madre aportaba su juventud, su prolijidad, su inexperiencia, algún canto y alguna innata rebeldía.
Dios estaba presente en la oración nocturna enlazada con aquel ángel de la guarda, que yo imaginaba como las imágenes de los cuentos, tan niño como yo.
Dios estaba en la naturaleza, en el calor del hogar, estuvo en mis caídas primeras y en la prisa con que me levantaba. Siempre estuvo pero poco fue nombrado.
La tradición religiosa era débil en el medio y la única iglesia que conocí, no ejerció la atracción que imaginaba.
La escuela me instruyó en muchas disciplinas. Las acogí a mi manera. Despierta ante los desafíos, con ansias de no quedar nunca postergada. Así razoné en las matemáticas, me introduje en la Historia con placer, porque antes había tenido la fortuna de amar la lectura y transmitir las lecciones al viento así como los poemas.
Carecí desde el comienzo de prolijidad, mis trazos eran desparejos, tal vez claros, pero jamás hermosos. El motivo fue la prisa que me empujaba, una prisa que ignoraba adonde me conduciría, pero a la que no era fácil dominar.
Así que Dios me llegó casi como un soplo fresco que nada exigía. Mi entorno no parecía basarse en él. Sólo puedo dar testimonio de que alguien me protegió en los múltiples senderos que caminé. No fueron caminos largos, pero como todos aquellos desconocidos encerraban peligros que siempre pude sortear
Mi niñez fue esa. Poco religiosa, con pequeños caprichos y soplos de desobediencia.
. No es cierto que la niñez sea toda inocencia, hasta allí puede incluso llegar algún ángel maligno, disfrazado de picardía.
La poca fe, me hizo temerosa de cualquier tormenta. Sufrí de miedos y no fui la mejor compañera de juegos.
La adolescencia no fue mejor. Se incentivaron mis estudios incluyendo otras ramas, Pero Dios  apenas estaba incluido en frases hechas que casi habían perdido su significado por lo reiterativas. Dios quiera, Si Dios quiere, Dios te va a castigar. Ruégale a Dios ¡Por Dios!...
Mi mamá empezó a darse cuenta que Él debía ocupar un lugar en mi vida y me indujo a visitar la iglesia, la única conocida en mi pequeña ciudad.
Y comencé a asistir algún domingo. Luego  una seguidilla de  tardes; debía conocer más para incorporarme a la feligresía
Al finalizar el año, mi madre quedó sorprendida ante mi negativa  de participar de la ceremonia. Sin embargo, no tuvo fuerzas para aconsejarme, o impulsarme, Carecía de credenciales para ello.
Ella no navegaba tampoco por esos ríos, solamente comprendía que solamente en Dios encontraría la espiritualidad que hace felices a los seres, pero no había sido llamada todavía.
Así comencé el Liceo, aprendí de Creacionismo y de Evolución. Los profesores eran personas capacitadas. Nunca mostraron si eran creyentes o ateos, pero debían enseñar todo lo que decían los libros. Y la enseñanza era laica y secular.
Así que yo debía elegir los caminos. No era fácil. Desde Cromagnon y Neardenthal me miraban restos de seres  desesperanzados o irracionales.
Pero Dios no me había olvidado y una tarde por mi calle  algún ángel distribuyó aquellos libros de tapas  verdes o negras  con  cantos rojos. Fui una de las primeras que corrí para alcanzar uno.
Mientras, en las clases de Historia aparecieron guerras religiosas, Cruzadas, Reforma y Contra-reforma.  Supe de Lutero y de Calvino. Entonces algo tuvo sentido para mí. Una voz radial  suave y afectuosa completó esta nueva instrucción y encontramos con mi madre un sendero que parecía verdadero.
Ella lo emprendió pocos años después y llevó a mi padre de la mano hacia la luz que llamaba.
Pero yo era demasiado joven, y me movía en un medio indiferente, así que guardando esa especie de tesoro en mi corazón, seguí por el mundo,  Sufrí con mil poetas, cristianos o rebeldes y les presté mi voz para que revivieran. Por ellos supe de amor y tuve esperanzas de un  hogar cálido y compartido, de niños y de almuerzos alegres.                Un día  llegó alguien que me atrajo. Él sí creía en Dios, pero lo reverenciaba  de tanto en tanto en aquella iglesia que yo había rechazado.
 Una ligera pena opacó mi entusiasmo, pero con mi formación, ¿qué reparos podía poner entonces?
Y nos entendimos así, sin hablar de ese tema.
Unos años después nos unimos en matrimonio. Jesús estaba en mi corazón. Quien nos casó lo sabía. Yo había sido muy sincera. Por ello encomendó nuestro matrimonio al Hijo de Dios. Fue muy comprensivo, pero no nos advirtió que a veces son difíciles los matrimonios entre personas de credos diferentes.
Y tuve sí infinitas frustraciones a ese respecto, pero Dios compadecido, permitió una unión buena,  y nos regaló dos hijos que colmaron nuestros sueños.
Hoy yo estoy sola, intentando restablecer una unión  profunda con aquel Dios paciente que me ha esperado.
Mientras, oro con esperanza para que  se apiade de mi simiente.
    

lunes, 15 de octubre de 2012

Pequeño milagro




Marcho por la ruta
entre pocas frondas
y campos ariscos.
 El cerro me nombra.

 La tarde es muy clara,
Otoño es patrono
y en bíblico sábado
yo lo observo todo

 Me arrimo a los cercos
temiendo el peligro
Maizales muy verdes
se muestran amigos.

 Enfrente las viñas,
cepas vendimiadas
tienen   un aspecto
de viejas cansadas

 Al volver a casa
mi ceibo me obsequia
una vara larga
con labios de fuego.

 y  flecos de grana
 muestra el plumerillo
en un pincelazo
de color y brillo

 ¡Ay, mis locas plantas
sueñan con diciembres,
porque un sol de marzo
las besó sonriendo!

 2009

Óptica

   

 Te observo tras el amplio
cristal de mi ventana
Quiero decirte un ¡Hola!
ofrecerte mis galas
gozar de tu sonrisa
pero eres tan feliz, que temo
que se rompa el encanto.
Puedo darte de mi casa la fachada.
o acaso de mí misma
Puedo prestarte el parque con sus flores,
los pájaros, los cisnes.
No son tuyos lo sé, mas tú los gozas,
 tú vives en su entorno
y percibes aromas y gustas de tu barrio.
yo me conformo con ver tu casa humilde
pero limpia y pintada
Me complazco en mirar como caminas
ágil por las mañanas.
Veo a tu niño alegre, jugar con sus amigos
y  correr por  el césped.
Hace ya tanto tiempo
que aquí ya no hay más niños….
Te muestro, simplemente, la fachada,
las tejas, la alta puerta y las variadas  aves.
¿Sabes acaso qué hay tras los salones
qué esconden mis alfombras
cuán frías son mis sábanas
y mis noches qué hondas?!
Yo te doy lo que tengo
por gozar la alegría que derramas
por el perfume cálido
de la hogaza en tu mesa.
Yo te doy lo poquito que poseo
y dejo atrás mis lágrimas
no te ofrezco mis dones que son vanos
porque quizás enturbien tus riquezas
tú me muestras  el amor y la tibieza
y eso endulza mi alma

El prójimo


Es fácil dar risas  si alegres estamos
y dar un dinero cuando ricos somos
Dejar la palabra más cauta y calmada,
si el verbo nos nace casi como dones

Se ganan batallas cuando bien armados
se derrocha el tiempo cuando bien servidos,
se es leal a las causas que se creen ganadas
y sabios se vuelven los que ya han sufrido.

En cambio es difícil mostrar alegría
cuando dentro oímos el rugir de penas.
Nos cuesta dar dádivas si el bolsillo pía
como al ave madre, el  tierno polluelo.

Todo lo que abunda, todo lo que sobra,
dolores y quejas, sonrisas o llantos,
cortesía, mimos, elegancia, rosas
todo eso lo damos sin poner el alma.

Total, nada falta, ni nos damos cuenta
que alguien, generoso, pudiera llamarnos
Mas  sufrid por otros, llorad pena ajena
pasad hambre a cambio de que otros se sacien

Y entonces felices de ser como Cristo
dormirán en leños desnudos y ariscos
y del mundo vano desoirán los gritos
que los llamen  tontos, desnudos o tristes

Dos poemas para Hanna

Poemas para Hanna

Recuerdo que llegaste una tarde soleada
Eras un haz de brincos, mestiza y descuidada

Me abrumó tanta euforia y tu falta de tino,
mas te aceptamos todos hasta el can que teníamos

Y pasaron mil días con sus mil consecuencias
momentos de rutina, risas, muertes, nacencias.

éstas fueron tus frutos, diez cachorros sedientos
a  ellos diste  paciencia, amor y complacencia.

Uno a uno se fueron hacia hogares variados
y te quedaste sola pero hermosa y calmada

Luego yo quedé sola sin el amo y su perro
no sé si comprendimos la importancia de aquello

Poco a poco amoldamos nuestras dos soledades
y reímos de nuevo, jugamos y callamos

Anoche como siempre me acompañaste un rato
y al sonar de las doce te conduje a tu casa

te fuiste como todas las noches que pasamos
bajando con pereza lentamente las gradas

Hoy preparé tu cena, la coloqué en tu plato
te llamé como siempre Hanna! Hanna! Hanna!

Me respondió de pronto un silencio pesado
y mi voz en la noche tuvo un tono angustiado.

a tientas pude entonces encender una lámpara
y tú estabas allí, dormida de costado.

Vino el doctor a verte y dijo: en  madrugada, en sueños…”
mas temo que por buena no llamaste a tu dueña.
……………………………………………………………….
Y vendrán muchas noches en que intente llamarte
Si no di muchos mimos nunca dejé de amarte

                                                 II

Llegó una tarde soleada
puro brinco, poco seso
mestiza de primer grado
Algo  golpeada y hambrienta

Panza rubia platinada
cubierta de manto negro
casi pura era su raza
pero triste era su aspecto

Pasó a la casa asignada
junto a aquel guardián celoso
que imponía con la “facha”
y era manso y afectuoso.

Así pasaron los años
ella mejoró el pelaje
ganó en belleza y modales
Se hizo dama y halló paje.

Naciéronle diez cachorros
y fue extraordinaria madre
mansa, dulce, generosa,
por ellos volvióse calma

La vida nos dejó solas
una noche que no olvido
y compartió mis silencios
y yo le presté mi frío

Meses, años, tiempo largo
las dos cerca, casi juntas
Sol y luna nos besaban
y era mi sombra la suya.

Me visitó como siempre
cuando el sol se había ocultado
y estuvo quieta y serena
largas horas a mi lado

Llevó su pereza a cuestas
sin señal de rebeldía
Yo más anciana, ella vieja
se habían sumado mil días

Fui a buscarla a la otra tarde
nadie contestó el llamado
La luz me mostró, cobarde
una sombra allí en su casa

Se fue tan callada y buena
casi por no preocuparme
La hallé dormida en su lecho
¡Cuánto amor me faltó darle!

W.I.P. de V.

jueves, 11 de octubre de 2012

Ola

 


¡Ay, encrespada ola que hasta mis pies llegaste
con bramido soberbio de bestia enardecida!
Yo te vi tan airosa cual vela desplegada
Y desmayada y débil al volver a tu nido

¡Cuánto de ti dejaste en la arena sedienta!
¡Cuánto de mí llevaste porque vi  tu hermosura!
Fue un pasional encuentro que atesora mi mente,
Si bien a la manada volviste con premura.

Agua henchida de viento y ansiosa de aventura.
Tafetanes y encajes, aretes de diamante.
Te perdiste en la tarde cual soplo de locura
Y robaste a mi alma aquel precioso instante

           19/8/2008